lunes, septiembre 17, 2007

MÚLTIPLES PAREJAS, MÚLTIPLES RIESGOS

Autor: Raúl Serrano

Tal vez usted no sabía que el pingüino es el único animal que escoge sólo una pareja a lo largo de su vida, y le será fiel siempre. A diferencia de ellos, hay gente que busca relacionarse sexualmente con sinfín de personas sin tener conciencia plena de que al hacerlo pone en riesgo su vida; ¿le interesa saber de qué forma?

La más reciente encuesta sobre sexualidad realizada por una marca internacional de condones muestra que, en promedio, los mexicanos tienen a lo largo de su vida cuatro parejas sexuales, cifra considerablemente baja si se compara con los estadounidenses, que declararon 14.3. Hablar de causas y consecuencias de la infidelidad no es motivo de estudio en esta ocasión, pero sí lo es el peligro que representa para la salud el hecho de actuar de esa manera y relacionarse sexualmente con más de una pareja.

Es así que el mismo estudio sobre hábitos sexuales informa que pese al considerable aumento de casos de enfermedades de transmisión sexual (ETS), casi la mitad (46%) de la población del mundo no está preocupada por contraer este tipo de padecimientos, y casi 4 de cada 10 (38%) no buscan protección durante sus encuentros íntimos.

Ahora bien, en México es estima que hay más de 150 mil infectados con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) causante del sida, y sólo 48% de los encuestados se manifestó preocupado por contraer el microbio; pero, la investigación fue más allá, arrojando que 47% de los habitantes de este país no toma ninguna medida para prevenir esta temible afección. Entonces, es entendible por qué no hay control sobre la enfermedad.

Hombres, mujeres y…
Saber quienes -varones o féminas- tienen mayores preferencias a experimentar el sexo con alguien más que la pareja estable es difícil de establecer. A manera de simple información sirva señalar que una noticia que recientemente circuló en internet dejó abierta la posibilidad de que particularmente en los hombres la infidelidad puede deberse a imposiciones hormonales; en fin, no se ha comprobado científicamente.

Por otro lado, quien con más insistencia incurre en la promiscuidad es el llamado tercer sexo (la comunidad homosexual), y prueba de ello es una investigación de Donald Symons, de la Universidad California en Santa Bárbara (EU), quien realizó un estudio entre la comunidad gay masculina en San Francisco (en el mismo país), a partir del cual afirma que 75% de los entrevistados afirmó haber tenido más de un centenar de parejas, y que hubo algunos que declararon más de 1000.

Esta cifra es alarmante si se toma en consideración que en ese país los homosexuales masculinos constituyen más de las tres cuartas partes de los casos de sida en la última década -en Europa son más del 85%- .

Asimismo, el estudio de Symons informa que las lesbianas (homosexuales femeninas) procuran ser más selectivas y prefieren formar parejas con quienes vivirán durante muchos años, con bajo riesgo de infidelidad; la mayoría de ellas tienen menos de 10 parejas en toda su vida.

De acá para allá
Se llama sida a la última fase de la infección por el VIH, el cual se transmite por medio del esperma, secreciones vaginales, sangre (transfusión o mediante jeringas infectadas) y por vía materna (la madre contagia al feto durante el embarazo, parto o lactancia). El microorganismo se instala en células denominadas linfocitos T4 (encargadas de defender al organismo de las agresiones exteriores), lo que deriva en destrucción del sistema inmunitario y consecuente pérdida de la capacidad para combatir enfermedades, con lo que se tiene alta susceptibilidad de presentar sarcoma de Kaposi (forma rara de cáncer en la piel), pneumocystis carinii (tipo de neumonía poco común), tuberculosis y diarrea intensa.

Aunque sí el más grave, el sida no es el único padecimiento de transmisión sexual que tiene vigencia. Por ello es importante saber que las también conocidas como enfermedades venéreas pueden adquirirse por contacto oral, anal o vaginal; a continuación haremos mención de las más importantes:
Candidiasis. Aunque no se considera una ETS, porcentaje importante de hombres presentan comezón en pene después de haber tenido relaciones con una mujer infectada. Es ocasionada por el hongo Candida albicans, el cual de manera normal se encuentra en la vagina sin causar ninguna molestia, sin embargo, al reproducirse (lo que con regularidad ocurre después de seguir tratamiento con antibióticos, si se padece diabetes o hay cambios hormonales) ocasiona comezón y secreción blanquecina.

Clamidiasis. Infección ocasionada por la bacteria Chlamydia trachomatis; se manifiesta con inflamación de la mucosa de las vías urinarias, garganta y recto, y puede causar infertilidad y embarazos ectópicos (fuera de la cavidad uterina o matriz) si no se atiende a tiempo. Pese a que en ocasiones los afectados experimentan leve dolor al orinar y secreción genital clara en etapas tempranas, la mayoría de las veces no ocasiona ningún síntoma, lo que puede derivar en ciertas complicaciones, entre las que se encuentran enfermedad pélvica inflamatoria (infección en órganos reproductivos internos de la mujer) e hinchazón en el escroto.

Gonorrea. Quienes regularmente presentan síntomas son los hombres, como sensación de ardor al orinar y secreción blanco-amarillenta por el pene. La mayoría de las mujeres no manifiesta molestias, no obstante, hay quienes sufren ardor durante las micciones, dolor abdominal o sangrado anormal; si no se trata oportunamente, la bacteria causante (Neisseria gonorrheae) irá infectando y destruyendo los órganos genitales internos de la mujer, provocando esterilidad. Ocasiona inflamación en genitales y recto, y en algunos casos infección en la sangre (septicemia), artritis, meningitis (inflamación de ciertas partes del cerebro) y afecciones en vías urinarias. Cuando se transmite de madre a hijo durante el parto, el bebé corre alto riesgo de sufrir ceguera.

Herpes genital. Se trata de dos tipos principales de virus herpético simple: el que generalmente está relacionado con llagas o inflamación en boca y labios (denominado 1) y el que lesiona genitales (2), provocando inflamación de vagina (vaginitis) y úlceras dolorosas que afectan a vulva (parte externa de la vagina) y pene; es común que haya fiebre, fatiga y descargas de flujo por vías urinarias. Cualquiera de los dos tipos de virus permanece de por vida en el organismo y se activan con calor, fricción, relaciones sexuales, menstruación, fiebre y estrés.

Papilomavirus. Hay 60 variedades de este microorganismo, de los cuales ocho son los causantes de padecimientos genitales; de éstos últimos se distinguen dos grupos. El primero incluye los tipos 6 y 11, que se han encontrado en lesiones benignas y se les clasifica de "bajo riesgo", en tanto que el segundo se compone de los denominados 16, 18, 31, 33, 35 y 51, considerados de "alto riesgo", ya que se asocian a cáncer en el área anogenital. Algunos virus de papiloma humano pueden ocasionar verrugas (llamadas condilomas) que aparecen dentro o alrededor de los genitales y ano de mujeres y hombres, las cuales pueden crecer, desaparecer o permanecer estables. Estas lesiones brotan tres meses después del contacto con el enfermo; en la mujer se presentan en vulva, vagina, cuello uterino o cerca del ano, y en el hombre en pene, escroto (piel que recubre los testículos) y recto.

Sífilis. Prácticamente erradicada, esta enfermedad es ocasionada por la bacteria Treponema pallidum, que se manifiesta, luego de varios días de haber tenido una relación sexual, mediante úlcera indolora de base dura, acompañada de inflamación en zonas cercanas a las ingles y pene, en el hombre, así como en labios mayores o menores y vulva en la mujer. Si así sucede, se 7 debe acudir inmediatamente al médico para recibir tratamiento, pues de no hacerlo así la úlcera desaparecerá y la infección se diseminará por todo el organismo, provocando infección general, fiebre, así como trastornos en el sistema muscular, óseo y nervioso, lo cual puede llevar a la muerte. En caso que se infecte una mujer embarazada corre alto riesgo de aborto o parto prematuro, además de que el padecimiento se transmite al recién nacido.

Tricomoniasis. Es generada por el parásito llamado Trichomonas vaginalis y genera síntomas en 1 de cada 2 mujeres infectadas, entre ellos, secreciones verde amarillentas, espumosas y de mal olor y, ocasionalmente, vaginitis y uretritis (inflamación de uretra, que es el conducto mediante el cual se expulsa la orina) masculina; favorece el contagio de VIH.

Ahora bien, es claro que para prevenir estas enfermedades es importante ser responsable de la propia sexualidad, por lo cual resulta vital tener en cuenta los siguientes factores:
  • Tener una pareja sexual estable.
  • Cuidar la salud genital.
  • Acudir al médico periódicamente.
  • Usar preservativos, sobre todo en el caso de relacionarse sexualmente con personas desconocidas.
  • Si alguien descubre que padece alguna de estas enfermedades, debe evitar tener relaciones sexuales y su pareja tendrá que ser analizada para detectar si está infectada.
El ejercicio de la sexualidad es, además de fuente de placer, una vía de salud, pues activa funciones en cerebro y organismo que redundan en su bienestar. No obstante, los riesgos están frente a nuestra nariz y tenemos que pensar en ellos tomando como primera herramienta la responsabilidad, pues nuestra vida y la de la pareja pueden depender de ello.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Un excelente articulo, muy informativo y pertinente. Me ha sido util ya que buscaba informacion al respecto.

Anónimo dijo...

ES BUENO QUE EXISTA INFORMACION MAS AMPLIO DE ESTA NATURALEZ YA YA MUCHA DESINFORMACION PARA LA GENTE COMUN